Embalse de Santomera
A solo cinco quilómetros del núcleo urbano principal, al lado de la autovía del Mediterráneo (A-siete), al norte del ayuntamiento, en el territorio de La Matanza, está el embalse de Santomera, construido durante los años sesenta (mil novecientos sesenta-mil novecientos sesenta y seis) para proteger a la población de las tremendas y asoladoras avenidas elaboradas por las crecidas de Rambla Salobre –posteriormente, entre mil novecientos ochenta y nueve y mil novecientos noventa, se hicieron las obras para encaminar de camino a acá además de esto las aguas de la rambla de Abanilla–. La instalación, con una capacidad de veintiseis centenares de miles de m³, entregó forma a un hermoso rincón, conveniente para el recreo familiar y la práctica de todo género de deportes en contacto con la naturaleza.
El pantano de Santomera
El embalse de Santomera, su campo y básicamente las colas donde desembocan las ramblas del Ajauque y Salobre continúan abarcados en un marco de paisaje protegido y declarados Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona Particular de Custodia de Aves (ZEPA). Las propiedades geológicas y climáticas de las cuencas vertientes determinan que las aguas del embalse presenten un régimen interanual bastante fluctuante y sean, en términos globales, subjetivamente salinas, cloruradosódicas, con concentraciones de nutrientes medias o bien bajas. Merced a ello, el rincón resalta por diferentes géneros de sociedades de saladar y estepas salinas con una exuberante representación de sociedades vegetales halófilas en buen estado de conservación.
Los Tarayales del embalse de Santomera
Las riberas más ásperas del cenagal continúan dominadas por una orla de tarayales (Tamarix canariensis y Tamarix boveana) y sociedades de siemprevivas con endemismos exclusivos del sudeste peninsular (Limonium delicatulum y Limonium caesium); además abundan los carrizos (Phragmites australis) y tallos (Scirpus holoschoenus). No obstante, en las riberas de menor pendiente, merced a la significativa salinidad de agua y sustrato, se hallan espesas poblaciones de Salicornia ramossissima y Saueda maritima que conforman la mejor representación de este hábitat en entornos continentales del territorio de Murcia. Por último, las laderas vertientes por el Oeste continúan en una buena parte ocupadas por un pinar de repoblación de los años sesenta, uno de los más grandes de toda la comarca; tanto en el estrato arborescente de este pinar como en el matorral de las 2 vertientes continúan presentes matorrales mediterráneos de palmito (Chamaerops humilis), que tienen particular interés biogeográfico por ser localizaciones recluidas del área de repartición principal en zonas litorales.
La fauna del embalse de Santomera
Atendiendo a la fauna, entre las diferentes zonas merecen destacarse las colas del embalse, que conforman uno de los humedales continentales más relevantes del territorio de Murcia. Referente a las especies protegidas de interés particular se deben nombrar anfibios como el sapo corredor (Bufo calamita) o bien el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), reptiles como la lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), aves como el gavilán (Accipiter nisus), el martín pescador (Alcedo atthis), el pato cuchase (Anas clypeata), el vencejo real (Apus melba) o bien la garza real (Ardea cinerea), o bien mamíferos como el lirón careto (Eliomys quercinus) y la jineta (Genetta genetta).
Datos del embalse de Santomera
Superficie: doscientos sesenta y tres con cuatro ha.
Accesibilidad: Sin diagnóstico.
Servicios y también instalaciones: Zonas de bancos y barbacoas, sombraje, pistas polideportivas.
Sendas senderistas del embalse de santomera:
De qué manera llegar: A través de la carretera comarcal C-tres mil doscientos veintitres (link directo desde la autovía A-siete), hacia Fortuna; además de esto, entre otros muchos, a través de el camino del Cenagal, desde la RM-cuatrocientos catorce.